Cita Bíblica: “[Jesús],
quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a
qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la
naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al
manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la
muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2: 6-8)
Antes
de que Jesús viniera a la Tierra, Él vivía en el Cielo. En el Cielo no existe
el pecado y los ángeles adoraban a Jesús todo el día. Debido a que Jesús nos
ama, Él voluntariamente dejó el Cielo y puso a un lado Su poder para venir al
mundo como un bebé humano, pequeño e indefenso. Ahí es donde comienza la vida
de sacrificio.
Una Vida sin Comodidades
Para
Jesús, hubiera sido muy fácil haber nacido dentro de una familia rica y
acomodada. Sin embargo, su padre fue un carpintero y su madre, una joven que
quedó encinta por obra del Espíritu Santo de Dios. Jesús nació en un establo y
sus primeras noches las pasó en un pesebre. Dejó el confort del Cielo por un
lugar entre los animales. Él vivió una vida sin comodidades por amor a usted.
Una Vida Luchando contra el Pecado
Después
que Jesús nació, el Rey Herodes deseaba matarle. José y María tuvieron que huir
a Egipto para proteger a Jesús. Cuando eventualmente regresaron a su país,
llegaron a vivir en un pueblo lejano y en un lugar muy malo. Uno de los futuros
apóstoles de Jesús preguntó: “¿Acaso de allí puede salir algo bueno?” (Juan
1:46) Jesús no vino de un buen lugar con un buen nombre, pero por usted, Él
voluntariamente vino a luchar contra el pecado.
Una Vida de Rechazo
Más
tarde en su vida, Jesús inició su ministerio público. Los miembros de su familia
dudaban y ciertamente, la gente de su propia ciudad no creían que Él era
especial. (Mateo 13: 54-58) Él no siempre fue aceptado. Pero muchos decidieron
seguir a Jesús y creer en Él, especialmente cuando los alimentó y sanó sus
enfermedades.
En
una ocasión, organizaron un festejo para Jesús cuando estaba entrando a
Jerusalén. Pero días más tarde, la gente estaba tratando de conseguir que lo
mataran. Él tenía el poder para vencer a sus enemigos y escapar de ellos, pero
ni siquiera se defendió cuando lo acusaron. Por nosotros, Jesús se sometió a la
tortura más cruel que lo llevaría a su ejecución.
Una Nueva Vida para Nosotros
El
sacrificio de Jesús quitó nuestra culpa y vergüenza para que pudiéramos ser
perdonados. Nosotros tenemos la oportunidad de ser puros ante los ojos de Dios.
Su sacrificio nos dio una nueva vida.
En
esta Navidad, cuando usted mire las imágenes en los nacimientos navideños,
piense acerca del sacrificio que Jesús hizo cuando vino a la Tierra y acepte su
regalo gratuito de salvación. Y luego, así como los pastores y los magos,
humíllese, adórele, y agradézcale de todo corazón por su regalo incomparable.
Ore
esta semana:
Agradeciéndole
a Jesús por haber venido a la Tierra para morir por usted
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