Lunes, 29 de Septiembre del 2014
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o existe una fórmula mágica o examen espiritual que pueda
decirnos exactamente cuáles son nuestros dones espirituales. El Espíritu Santo
distribuye Sus dones de acuerdo a Su voluntad (1 Corintios 12:7-11). Al mismo
tiempo, Dios no quiere que ignoremos la manera cómo Él desea que le sirvamos.
El problema es que es muy fácil quedarnos atrapados en aquellos dones en los
que buscamos servir a Dios, solo en el área en la que sentimos que tenemos el
don espiritual. Y no es así como funcionan los dones del Espíritu. Dios nos
llama a servirle con obediencia. Él nos equipará con cualquier don o dones que
necesitemos para llevar a cabo la o las tareas a las que Él nos ha llamado.
La identificación de nuestros dones espirituales puede llevarse
a cabo de varias maneras. Las pruebas o análisis para detectarlos, aunque no
son totalmente confiables, sí, pueden ayudarnos a entender dónde podrían estar
nuestras dotes espirituales. La confirmación por parte de otros, también nos
puede dar luz sobre nuestros dones espirituales. Con frecuencia otras personas
que ven nuestro servicio al Señor, pueden identificar el uso de nuestro don
espiritual, que tal vez nosotros no hayamos identificado o reconocido. La
oración también es importante. La persona que sabe exactamente cómo hemos sido
dotados espiritualmente es El Dador mismo – el Espíritu Santo. Podemos pedirle
a Dios que nos muestre en qué área nos ha capacitado para darle un mejor uso a
nuestros dones espirituales para Su gloria.
Sí, Dios llama a algunos a ser maestros y les da el don de la
enseñanza. Dios llama a otros a ser siervos y los bendice con el don de
servicio. Sin embargo, el conocer específicamente nuestro don espiritual, no
nos exenta de servir a Dios en áreas fuera de nuestros dones. ¿Es beneficioso
saber cuál es o son los dones espirituales con que Dios nos ha dotado? Desde
luego que lo es. ¿Está mal que nos enfoquemos demasiado en los dones
espirituales, al punto de perder otras oportunidades de servir a Dios? ¡Sí! Si
nos dedicamos a ser utilizados por Dios, Él nos equipará con los dones
espirituales que necesitemos.
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